La cocina de cuaresma
Recuerda uno cómo los bocadillos de chorizo desaparecían de la merienda, no sólo los viernes, sino en toda esa larga época anterior a la Semana Santa, cuando el pescado se erigía en protagonista.
La Cuaresma se estableció como un tiempo de penitencia previo a las celebraciones litúrgicas de la Pascua, como símbolo del ayuno de Jesucristo en el desierto durante cuarenta dias.
Y aunque ahora, o en el siglo pasado, parezca obvio definir a la cocina de cuaresma por la ausencia de productos cárnicos, el asunto no resulta tan claro a través del simple recuerdo de algunas de las largas polémicas que diversos alimentos han provocado en el ámbito eclesiastico, como el chocolate, que dejó de romper el ayuno cuando en 1662 el cardenal Brancaccio así lo determinó.
En cualquier caso habría que ampliar la cocina de Cuaresma con aquellos productos, especialmente dulces de repostería, elaborados para la ocasión.
Lo cierto es que la cocina de Cuaresma, como tal, prácticamente ha desaparecido de aquellas mesas que no practican estrictamente la doctrina católica.
Pero hoy, cuando se imponen los aspectos dietéticos y nutritivos, esta cocina de Cuaresma adquiere un nuevo sentido, al presentar platos más ligeros y saludables.
De forma que los potajes se convierten en plato cuaresmal por excelencia.
Y los potajes marineros, como a purrusalda vasca o el catalán suquet que ceden el protagonismo al pescado y que no han sido muy frecuentes por estos lares.
Pero más allá de potajes y verduras, el símbolo de la Cuaresma es el bacalao.
Volviendo al bacalao o al congrio son cientos las formas de prepararlo.
Finalmente, torrijas, buñuelos de viento, flores de sartén, leche frita, pestiños, tortas de aceite, orejones, son agunos de los dulces tradicionales que vienen asociados a la Semana Santa, hasta que en pascua el chocolate, y su monas, les robe el protagonismo.
Tartar de sardinas de cubo en tosta de aceite ligado
Ingredientes (4 personas):
Pan de hogaza, 4 sardinas de cubo, pepinillo, alcaparras, perejil, cebolla, huevo duro, pimiento morrón, ajos, aceite de oliva, vinagre y un huevo, lechugas variadas.
Elaboración:
Lavar bien y limpiar de escamas y espinas los filetes de sardinas. Picar o cortar muy fino las sardinas, aliñar y mezclar con los ingredientes del tartar finamente picados o cortados a dados muy pequeños; aliñar con un chorrito de aceite de oliva y unas gotas de vinagre.
Presentación:
Colocar el tartar de sardinas encima del pan y guarnecer con un bouquet de lechugas a un lado, aliñadas con vinagreta. Opcionalmente, decorar con unas gotas de aceite de pimiento.
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Etiquetas:
Productos de Aragón
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1 comentarios:
La cuaresma empieza a ser una buena epoca para consumir pescado azul.
http://ladespensadecarpanta.blogspot.com/2010/02/miercoles-de-ceniza-no-enterrar-la.html
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