De tapas por Huesca

Para muchos aficionados Huesca ha sido, y lo sigue siendo, la capital gastronómica de Aragón.
Más antes de proseguir, sería conveniente detenerse un tanto para aclarar el propio concepto de tapa, hoy algo difuminado, igual que difuso aparece también su origen.
El caso es que la tapa aparece siempre vinculada a la bebida, al vino, con lo que ya tenemos una primera aproximación.
O, para centrarnos, diremos que la tapa es ese preparado, más o menos sofisticado, que se puede comer en uno o dos bocados, que requiere la compañía del vino u otra bebida, y que no exige un sofisticado uso de los cubiertos para su satisfactoria ingestión.
Con lo que, probablemente, discreparíamos de algunos de los galardonados en estos concursos de tapas que se van extendiendo por toda la geografía aragonesa.



Redonditos de solomillo


Ingredientes:
Pan, dos filetes de solomillo con sal y pimienta, foie, bacon y salsa demiglás o española.
Elaboración:
Se elabora la salsa demiglás o española de manera convencional; pochar en aceite de oliva una cucharada de aceite de oliva hasta que tome color, añadir caldo de carne, un poco de agua, una hoja de laurel y un diente de ajo entero; dejar que se haga, colar y espesar con un poco de harina de maíz y nata. Rectificar de sal y comprobar el punto. Colocar sobre el pan el solomillo frito, el foie, también hecho con un poco de sal y el bacon; añadir la salsa y servir.

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